GP de Mónaco F1 2025: cuando el lujo se mezcla con la leyenda

Cada año, cuando el calendario marca mayo, el mundo del automovilismo pone los ojos en una postal que lo tiene todo: calles angostas, yates, velocidad y leyenda. El GP de Mónaco F1 2025 no es una carrera más. Es el escenario que todos sueñan con conquistar, donde la historia de la Fórmula 1 respira en cada curva y cada muro.

Desde que Juan Manuel Fangio ganó allí en 1950, pasando por la era gloriosa de Ayrton Senna y su reinado absoluto, hasta la llegada de nuevas estrellas como Charles Leclerc o Max Verstappen, el Principado ha sido tierra de ídolos… y también de catástrofes mecánicas que arruinaron sueños dorados en segundos.

Este fin de semana se correrá la 71ª edición del GP de Mónaco F1 2025 como parte del campeonato oficial, solo superado por Gran Bretaña e Italia en permanencia. En pista, dos representantes latinoamericanos buscarán sorprender: el argentino Franco Colapinto y el brasileño Gabriel Bortoleto, ambos debutantes en las estrechas calles del Principado.

Y si de cifras se trata, Ayrton Senna sigue reinando con 6 victorias, 5 poles y 8 podios. McLaren, por su parte, lidera el palmarés por equipos con 15 victorias, escoltado por Ferrari con 10.

La pista que mide 3.337 metros de pura precisión ha sido testigo de momentos únicos. Desde la increíble carrera de 1996, que terminó con solo tres autos en meta, hasta las épicas defensas de Fernando Alonso o los errores fatales de Leclerc, este circuito es impredecible.

Además, la carrera, marca un momento clave de la temporada: quienes dominan aquí, suelen tener el temple necesario para pelear campeonatos.

Lujo, historia, tensión. Son solo algunos ingredientes de esta fecha. Pero lo que realmente hace único al GP de Mónaco F1 2025 es su ADN callejero: no hay lugar para errores. Un milímetro de más en la curva de La Rascasse, y se acabó el fin de semana.

Con las estadísticas a flor de piel —como las 435 vueltas lideradas por Schumacher o los 57 podios de Ferrari—, los fanáticos ya se frotan las manos. Porque Mónaco no es solo una carrera. Es la carrera.