Por Ernesto Traub 
Universidad de Chile hizo historia este fin de semana al imponerse por 1-0 a Universidad Católica en el Clásico Universitario número 200. En un partido tenso, trabado y con emociones contenidas, fue Rodrigo Contreras quien escribió la página decisiva. En el minuto 90+7, aprovechó un rebote tras una mala salida de la defensa cruzada y selló el triunfo más gritados por los hinchas azules en mucho tiempo.
La jugada se originó en una carga final, cuando parecía que el empate era inevitable. Un balón suelto, el oportunismo del “Tucu” y la fiesta desatada. El pitazo final confirmó una victoria que alimenta no solo la tabla, sino también el espíritu de un equipo que se niega a rendirse.
Desde el arranque, ambos equipos mostraron el hambre de un duelo que vale más que tres puntos. Zampedri batalló en cada metro del área, mientras Hormazábal empujó con ganas y coraje desde la banda azul. Sin grandes lujos ni demasiadas llegadas, el partido se jugó con el corazón. Las piernas pesaban, los nervios tensaban y el gol parecía lejano… hasta que apareció Contreras.
La U llegó a 16 unidades en el Campeonato Nacional 2025, quedando a solo una de la UC, que mantiene 17. El detalle no menor: los azules tienen dos partidos pendientes. Este triunfo, además de su peso simbólico, los mete de lleno en la conversación por el título.
El envión anímico tras ganar el clásico llega justo antes de una semana exigente. Este miércoles, Universidad de Chile enfrentará a Estudiantes de La Plata en un duelo clave por la Copa Libertadores, donde aún lucha por avanzar. Luego, el viernes, recibirá a Deportes Recoleta por Copa Chile, competencia en la que ya aseguró su clasificación, permitiendo al técnico Gustavo Álvarez rotar piezas y cuidar piernas.
La intensidad no se detiene, pero el plantel ha mostrado carácter y profundidad. La U no solo ganó un clásico: reafirmó que está para pelear en todos los frentes.
Este no fue solo un partido. Fue una muestra de resiliencia, de identidad y de fe. En el clásico más cargado de historia del fútbol chileno, la U supo sufrir y encontrar su momento justo. Cuando el partido pedía corazón, apareció. Cuando el calendario aprieta, responde. Y cuando el hincha pide dejarlo todo, este equipo contesta con hechos.
El Clásico Universitario 200 quedará en la memoria como una victoria agónica, merecida y simbólica. Porque hay triunfos que cambian trayectorias. Y este, para Universidad de Chile, puede ser uno de ellos.