Chingotto y Galán siguen intratables. Este domingo, en la calurosa y ruidosa capital paraguaya, la dupla número 2 del mundo volvió a demostrar por qué son los que más cerca están de romper el reinado de Tapia y Coello. Vencieron por 7-6 y 6-1 a Leandro Augsburger y Pablo Cardona en la final del Premier Padel Asunción P2, y alzaron su tercer título del año.
El triunfo fue trabajado, sí. Pero también fue inteligente. Supieron qué hacer contra una pareja potente, apodada “los Bombarderos”, y lo hicieron con frialdad quirúrgica. Cuando el punto exigía piernas, jugaron bajo. Cuando hubo que lanzar el globo, lo hicieron sin miedo. Y si había que apretar con smash, Galán tenía el brazo caliente. Todo fluyó según su libreto.
La historia arrancó pareja. Augsburger y Cardona venían de eliminar a Stupa y Lebrón y no eran cualquier dupla. Rompieron el saque temprano, respondieron al quiebre, salvaron seis set points en total… pero cuando llegó el tie break, los nervios pesaron.
Ahí Chingotto y Galán mostraron jerarquía. Supieron cerrar el primer set con experiencia. El golpe anímico fue devastador para sus rivales, que arrancaron el segundo parcial perdiendo el saque, y desde ahí no pudieron recuperarse. Fue un 6-1 lapidario, que sentenció la final.
No hay tiempo para festejos largos. Este martes empieza el Premier Padel de Buenos Aires, la cita más esperada del calendario para los argentinos. Y si hay una pareja que llega encendida, es esta. Chingotto y Galán no solo sumaron su tercer título en cinco finales este año, sino que vienen de encontrar el ritmo ideal justo antes de la gran cita.
A esta altura, su única cuenta pendiente es clara: vencer a Tapia y Coello. Pero no hay apuro. El nivel está. La química fluye. Y cada partido que pasa, esta pareja afila más las armas. En Asunción, se coronaron con autoridad. En Buenos Aires, quieren que la historia continúe.
La solidez de Chingotto en el fondo de la cancha, combinada con la potencia y creatividad de Galán, está empezando a volverse una fórmula difícil de descifrar. Jugaron con cabeza fría ante dos rivales en racha, no se dejaron apurar y, sobre todo, no perdieron el eje ni cuando desperdiciaron seis oportunidades de cerrar el primer set.
Ahora, el camino sigue en casa. Y el público argentino, que conoce bien a Fede y empieza a adoptar también a Ale, ya se ilusiona con verlos levantar un título más, esta vez en Buenos Aires. Porque si algo dejaron claro en Asunción, es que están listos para pelear por el trono.